Soy un vago de las calles internas;


habitante en El agujero del Conejo;


observador de las voces;


andante por delante estando atrás;


parte de todo manteniendo un pie en la nada.



La reposante amenaza del miedo, la incoherencia de la confusión castrada, la virginidad de tu mente erótica, la voz de tus huecos oídos, la tremenda locura infinita con velo de novia serena...